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Chino Navarro: “Hay otro Tigre detrás del escenario montado por Massa”

 En diálogo con Carla Conte y Sergio Secchi, por Nacional Rock, el diputado de la provincia de Buenos Aires y referente del Movimiento Evita, Fernando “Chino” Navarro, pre candidato para renovar su banca en la lista del Frente para la Victoria, se refirió a lo que encontró en el Municipio de Tigre, gobernado por el intendente Sergio Massa, y expresó: 

07.08.2013 10:46 |  Noticias DiaxDia  | 

“Para ser justo, hay que reivindicar la coherencia de Massa. Porque Massa logró conseguir, en el imaginario de la sociedad de la provincia de Buenos Aires y trascendiendo la provincia, una imagen muy fuerte de un hombre que hace, de un hombre joven que gestiona, mostrando Tigre. Massa ha construido una gran escenografía como si fuera un estudio de Hollywood o un estudio de una película importante de producción nacional, en la que nos muestra un centro muy prolijo, con palmeras; una especie de Miami del gran Buenos Aires, con un Delta, el Puerto de Frutos, y con escenas de miles de turistas que van los fines de semana a ver el Tigre que está del escenario hacia el público. Pero, hay otro Tigre, que está detrás del escenario, que son los isleños que la inversión inmobiliaria corre y arrincona para quedarse con esas tierras con la connivencia de funcionarios de la municipalidad de Tigre, y del propio intendente Massa, y de ordenanzas contrarias a los intereses de los isleños; con barrios cerrados, en contradicción con barriadas sin cloacas, con calles de tierra y con aguas servidas en estas calles. Los propios vecinos reconocen que toda la inversión se vuelca al centro y a los countries y muy poco en los barrios”. 
En ese sentido, agregó: “Esto también tiene que ver con el Massa candidato, el primer Massa que decía que “a cualquier crítica, agravio, cuestionamiento, vamos a devolver propuestas”, que cuando se queda sin argumentos saca esa propaganda, que parece más un sketch que un spot, en la que se saca el saco y dice “ahora voy a pelear”. Pasó de la propuesta, del poner la otra mejilla, a querer pelear: porque lo que va quedando desnudo es que no tiene propuestas y que, cuando las tiene que precisar, son propuestas más ligadas a los intereses económicos. Así como en Tigre, como intendente, gobierna para los dueños de los countries, para las grandes inmobiliarias que hacen sus grandes negociados y no para la mayoría del pueblo de Tigre, a pesar de que lo votó, empieza a demostrar que es funcional a los intereses de los grupos económicos y no de la mayoría de los trabajadores. Por eso, cuando habla de economía, dice cosas muy generales y no habla ni de la devaluación, ni porque no es competitiva la economía argentina que, como dicen sus socios de lista, como dice De Mendiguren, para ser competitiva habría que devaluar y reducir el salario del trabajador”. 
Y afirmó: “Hay coherencia en el escenario; pero, cuando se lo empieza a acorralar, se lo empieza a desnudar, empieza a decir algunas verdades que son totalmente contradictorias con lo que había mostrado inicialmente y que, en definitiva, muestra que es un personero, un gerente de los grupos económicos que buscan, como ocurre en Europa y en América Latina, arrinconar a los gobiernos para imponer, en situaciones críticas, ajustes y costos para los trabajadores y beneficiar a los poderosos”. 
Luego, consultado sobre cómo es el armado de Sergio Massa en otras secciones electorales y sobre qué cree de quienes lo acompañan, si provienen de lo que hoy se denomina “la nueva política” o si vienen de otros sectores, el diputado bonaerense, declaró: “Yo nunca fui partidario ni de “la nueva”, ni de “la vieja política”, ni de estos etiquetamientos de “los barones del conurbano”, porque, generalmente, pretenden decir algo y dicen otra cosa, y después la realidad termina desmintiéndolos. Sergio Massa tiene una popularidad construida con una fuerte presencia en los medios hace diez años, con esta imagen de buen gestor que tuvo en el ANSES; tuvo un pobre paso por la jefatura de gabinete, al punto que tuvo que ser desplazado por la Presidenta porque quedó claro que su posición era más cercana al Grupo Clarín y a la Sociedad Rural que a los intereses populares que expresaba el gobierno nacional; y en los distritos va armando con lo que puede… Generalmente, si uno ve que Macri lo apoya, que Duhalde lo apoya, que Barrionuevo lo apoya, que Cariglino lo apoya, y que dirigentes ligados a estructuras muy tradicionales que tienen que ver con las expectativas personales de los dirigentes o del grupo que los rodea, y no con una política que esté vinculada a los intereses populares, salvo alguna excepción de algún confundido, el armado de Massa es el armado de los candidatos. Todos los que quieren ser candidatos a algo, a consejero escolar, a concejal, intendente o gobernador, corren presurosos a juntarse con Massa para ver si esta caravana los puede dejar en algún lugar, posicionado en términos personales. Y la política es otra cosa…” 
Así, continuó diciendo: “La política tiene que ver con los proyectos colectivos, tiene que ver con los intereses de la mayoría. Por supuesto que hay ambiciones, expectativas y aspiraciones, y no esta mal: siempre y cuando estén subordinadas al interés mayoritario. Cuando uno propone que su espacio, su ambición, su aspiración, por más legítima que sea, está por encima de los intereses de los vecinos: empieza a equivocarse. ¿Porque Giustozzi dejó de ser kirchnerista?. Porque visualiza en Massa la posibilidad de ser gobernador. Pero, Gistuzzi va a ser una sombra en el 2015 porque se confunde. Porque cuando el espejo y el ego mandan en la política, eso termina mal. Massa cree que puede ser Presidente y, entonces, hoy habla y da directivas como si el estuviese gobernando la Nación cuando mal gobierna Tigre. ¿Porqué?. Porque alguien le dijo que puede ser Presidente y el cree que eso es más importante que el destino de Argentina, de los argentinos y de los trabajadores”. 
Finalmente, afirmó: “Nosotros seguimos confiando en la política, que es la de siempre y por eso digo que no acepto mucho lo de “nuevo” o “viejo”, que es la que me enseñó mi papá: que es ser buena gente, no mentir, tener lealtad con los intereses de la mayoría, acertar y errar, pero de frente y junto al pueblo. Y eso es lo que viene desde lo más profundo de nuestra historia, de nuestros patriotas, de nuestros mejores hombres y nuestras mejores mujeres que construyeron en esa dirección. Y tenemos que seguir haciendo reconociendo, por supuesto, que el mundo ha cambiado, que hay otros elementos de comunicación, que hay situaciones novedosas que no tenemos porqué rechazar sino que, al contario, tenemos que aprender. Pero, lo básico, lo esencial, ser buena persona, no mentir, no traicionar, no claudicar, dar las batallas que vale la pena dar junto al pueblo: eso fue de siempre. Casualmente, cuando nos desviamos de esos valores que hicieron de Argentina lo que alguna vez fue, terminamos en los 90: no solamente votando a Menem y a De la Rúa en la misma década, con el mismo planteo de la convertibilidad y la subordinación al mercado y a Estados Unidos, y así nos fue y terminamos en el 2001; sino que terminamos haciendo un altar al individualismo, al “sálvese quién pueda”. Cuando nosotros nos criamos; por lo menos yo, que tengo más de 50 años, en una sociedad que también tenía errores y cuestiones por corregir, porque no era perfecta; la solidaridad era una palabra, un concepto que tenía valor. Si algo le pasaba a un vecino, a un familiar, a una persona cercana, inmediatamente reaccionábamos para ver de qué manera podíamos apuntalarlo, auxiliarlo, ayudarlo. En los 90, el “sálvese quién pueda” hizo que cada uno – salvando excepciones por supuesto, es un generalización – estuviera dispuesto a pisar al de al lado, aunque fuese un ser querido, para trepar. Y eso es lo que expresan muchos sectores de la oposición: lo vemos con De Narváez, lo vemos en la lista de Massa y en los sectores ligados a Binner. Y, por eso, eligen como jefes a los grupos económicos y no pueden decir nada que contraríe los intereses de Clarín, de Techint y la Embajada de Estados Unidos. Y, por eso, cuando tienen que definirse en grandes temas, eligen la ambigüedad y no cuestiones precisas que pueden ser discutibles. Nosotros no somos los dueños de la verdad; pero, nosotros decimos las cosas que hacemos y, sobre todo, las que vamos a hacer: porque tenemos autoridad para decirlo, porque hicimos y vamos a seguir haciendo en función de los trabajadores, de los más humildes, de los más necesitados, para que en Argentina, como dice la Presidenta, no haya un solo pobre. Y no es una consigna, es una decisión: hasta que en Argentina no haya un solo pobre, no tenemos que dejar de luchar en el marco de la democracia”. 
 
 
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